Refuerzos tipográficos

En más de una ocasión ocurre en el ámbito de la comunicación visual, que al diseñar ciertas piezas gráficas la sola escritura alfabética no resulta suficiente para lograr una comunicación realmente efectiva. Es por ese motivo que el trabajo con algunos recursos retóricos hacen que la composición tipográfica se cargue de un valor extra, permitiendo que las mismas puedan ser interpretadas, por el receptor, además de ser leídas. La tipografía deja de ser “transparente o invisible” y adquiere valor como forma.

Refuerzo semántico

El refuerzo semántico es una manera de fortalecer y acentuar el significado de una composición tipográfica. En el refuerzo semántico la o las palabras se cargan de valor icónico, con respecto de su valor lingüístico. La interpretación de la composición tipográfica debe valorizar el mensaje emitido, haciendo que el receptor se involucre con la pieza gráfica, resultando de esa manera favorecida la comunicación.

Los refuerzos semánticos se asientan sobre ciertos recursos retóricos provenientes de la lengua literaria, como por ejemplo: metáforas, sinécdoques, elipsis, metonimias, etc. Para el trabajo con algunas de las figuras retóricas es posible plantear una serie de opciones que permiten la intervención sobre letras, siglas, palabras o frases.

La sola elección tipográfica (Refuerzo por elección tipográfica) implica tener en cuenta una intención y evoca ya, un sentido comunicacional. No existen tipografías que puedan ser definidas como “serias” o “informales”, pero si podemos encontrar en ellas ciertos detalles que evoquen atributos que puedan ser englobados en ciertas personalidades del tipo. Es decir que existen tipografías que denotan “seriedad” o denotan “informalidad”, por lo que es factible su uso en piezas donde resulten pertinentes.

fig. Refuerzo por elección tipográfica

Otros refuerzos pueden llevarse a cabo adjuntando elementos externos a la tipografía (Refuerzo por adjunción), sustituyendo alguna de las letras por un elemento icónico (Refuerzo por sustitución), eliminando una letra o un sector de la palabra (Refuerzo por ausencia), deformando una letra o un grupo de ellas (Refuerzo por deformación), variando la alineación y/o la direccionalidad, tratando de manera particular la superficie del tipo (refuerzo por tratamiento superficial). El refuerzo puede materializarse combinando dos o más opciones de manipulación.

fig. Refuerzo por adjunción

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fig. Refuerzo por sustitución (o palabra iconizada)

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fig. Refuerzo por deformación

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fig. ___. Refuerzo por medio de manipulación tipográfica.


Caligrama

El caligrama puede ser considerado como un refuerzo semántico, teniendo en cuenta que las imágenes resultantes de este tipo de composiciones tipográficas, se encuentran relacionadas con el contenido del texto, y por lo tanto refuerzan la significación del mismo.

Este tipo de comunicación expresiva debe su nombre a Guillaume Apollinaire (1880-1918), quien llamó “Calligrammes” a una colección de sus poesías publicadas en París en 1918, cuyas composiciones poseían una serie de “artificios tipográficos”, relacionados con sus contenidos y mensajes.

fig. ___. “La paloma herida sobre la fuente de agua”. (Guillaume Apollinaire, 1918)


Refuerzo fonético

Los refuerzos fonéticos son composiciones gráficas que tienen por objeto lograr una reproducción lo más exacta posible de las locuciones orales.

Por medio de diferentes juegos tipográficos y variaciones en la puesta en página, es posible poner en formas elementos que no son corpóreos. De esta manera un diálogo, una inflexión en el tono, un cambio de volumen sonoro, pueden ser representados en forma gráfica. Es por eso que es necesario conocer algunas formas de trabajar los elementos tipográficos en relación al refuerzo fonético.

Estas técnicas se utilizan habitualmente en los trabajos de la historieta moderna y el “comic”. Al respecto expresa Michel Martin (“Semiología de la imagen y pedagogía”), que la manera de dibujar las letras en la historieta “se ha especializado en el arte de destacar las calidades de la voz y de la palabra: la entonación, los titubeos, los tartamudeos, el acento, el timbre, los efectos de sobreimpresión, el refunfuñar, los cuchicheos, los suspiros, etc. La forma de las letras, su disposición y su grosor evocan los atributos citados mediante una serie de figuras que, a través de su imagen, se aproximan a lo que experimenta oyendo el auditorio. Las letras descienden si la voz desciende, se hacen más gruesas y más negras si aumenta la intensidad, se desdoblan con ocasión de balbuceos y tartamudeos, se repiten para marcar la duración de la emisión, se vuelven temblorosas para indicar el miedo, se erizan de puntas o se rodean de líneas confusas para señalar la cólera; (…) etc.”

fig. Ejemplos en la historieta “Mafalda”. (Quino. “Toda Mafalda”, Ed. de la Flor, 1993)

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